Florentino Pérez expresó públicamente su deseo de que Zidane fuera la piedra angular del área futbolística, con todas las facultades y responsabilidades, pero también fue consciente desde un principio de sus deseos de entrenar. Al final, en espera de que se concrete la contratación de Ancelotti, lo más factible es que finalmente el italiano tenga un lujo a su lado: el mismísimo Zinedine Zidane.
El francés expresó ayer al presidente su convencimiento de que sentándose en el banquillo puede tener una relación más directa con los jugadores, que es uno de sus objetivos y preferencias para comenzar a formarse como entrenador. Zidane considera que la relación humana y psicológica con los futbolistas es tan importante como la preparación táctica, técnica o física.
Zidane ha sido quien ha recomendado al presidente que Jesé no sea cedido esta temporada y ascienda definitivamente al primer equipo. Sería uno de sus protegidos, un objetivo prioritario, al igual que Özil, un jugador introvertido, con un carácter parecido al de Benzema, y que necesita mucho trabajo mental de apoyo.
Que Zizou se siente al lado de Ancelotti, entrene todos los días y sea un miembro más del primer equipo no es incompatible con su faceta de asesor, aunque el presidente quiera que su vinculación con la parcela deportiva sea lo más extensa posible. Eso sí, su despacho estará en el banquillo.
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